Jornadas de Paz y Dignidad es una carrera tradicional,
una forma de honrar a nuestro
legado ancestral, representado por las naciones nativas de este
continente.
Es una oración al Dador de Vida, para que haga florecer
las semillas de luz
en los corazones de los seres humanos.
Para los nativos de estas tierras, correr era
y es parte vital de la vida ceremonial.
Nuestros antepasados y ancianos nos han enseñado que
corriendo con un propósito sagrado, se da fuerza a la
unidad del ser humano,
con el universo y la naturaleza.
Las Jornadas de Paz y Dignidad se instituyeron
en 1992 como contraparte de las celebraciones
por los 500 años del "descubrimiento de América".
En esa ocasión se acordó la celebración
de esta carrera cada cuatro años, partiendo de Alaska
en el norte; y Argentina y Chile en el sur.
Esta carrera fue una manera de parar los lamentos por lo perdido
en esos 500 años.
Los principales propósitos fueron:
Iniciar carreras espirituales en forma
de plegarias para curar nuestras naciones.
Honrar nuestros niños y futuras
generaciones.
Honrar nuestros ancianos y hombres de
medicina.
Informar al mundo nuestro deseo de coexistir
pacíficamente con los cuatro colores del mundo.
Concientizar a la gente del sagrado
y delicado balance de la naturaleza y el medioambiente.
Honrar a los que se han ido al mundo
espiritual.
Promover un intercambio cultural dentro
de las naciones indígenas, en donde arte, danza, música
y ceremonias son compartidas y respetadas.
Dar reconocimiento a la fuerza y supervivencia
de la auto-determinación del pueblo indígena,
para preservar nuestra lengua, cultura y espiritualidad por
los últimos 500 años.
En 1992 salieron dos flechas o columnas de corredores,
la Confederación del cóndor,
de Machu Pichu y la Confederación del águila,
de Alaska. Ambas columnas recorrieron
miles de kilómetros en continua oración, hasta
encontrarse en la ciudad sagrada de Teotihuacan,
en el centro de México.
Aurelio Díaz Tekpankalli fue
el líder espiritual que hizo el amarre de
los bastones sagrados de la Confederación del Cóndor
y el Águila.
Es quien llevo la ceremonia de clausura en la ciudad de Teotihuacan.
Fue el presidente de las carreras de La Paz y la Dignidad,
fundador de esta organización
registrada en Chicago, Ilinois , junto con Alfonzo Pérez
Espíndola Tenoch. Fue el líder
del aspecto ceremonial y sagrado con la compañía
de Walace Blac Elck.
Alfonzo Pérez fue el coordinador general
y lidero las Jornadas de Paz y Dignidad de la ruta norte.
Francisco Melo fue quien se encargo de la dirección
de las Jornadas de Paz y Dignidad en la ruta sur.